Cuando la pega se transforma en purgatorio

Por Luis Montero Vargas, Sociólogo del Grupo de Estudios de Trabajo desde el Sur (GETSUR)

Si bien esta columna nace de la contingencia y de lo mediatizado que ha sido el reciente suicidio de un trabajador de la empresa Fruna en las instalaciones de la misma, no se puede desconocer lo impactante que ha resultado ser esto para gran parte de las y los trabajadores de este país. Pone en la discusión pública un tema muy importante para buena parte de las y los trabajadores, esto es la exposición a los riesgos psicosociales.

Ahora bien, para ir aclarando las sombras es necesario realizarnos algunas preguntas: ¿Qué es un riesgo psicosocial?, ¿Cómo identificar si me encuentro expuesto a estos?, ¿Cuáles son las patologías o enfermedades derivadas de estas?, ¿Las Mutuales de Seguridad toman responsabilidad si padezco de alguna patología derivada de la exposición a los riesgos psicosociales? Estas son solo algunas preguntas que trataremos de responder.

Patologías por exposición a riezgos psicosociales derivadas del trabajo

El Instituto Sindical del Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS), Denomina factores psicosociales a aquellos factores de riesgo para la salud que se originan en la organización (empresa) del trabajo y que generan respuestas de tipo fisiológicas, emocionales, cognitivas y conductuales. Por otro parte, la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) define a los riesgos psicosociales como todas las situaciones y condiciones del trabajo que se relacionan con el tipo de organización, el contenido del trabajo y la ejecución de la tarea, los cuales tienen la capacidad de afectar, en forma negativa, el bienestar de la salud (física, psíquica y/o social) del trabajador-trabajadora y sus condiciones de trabajo.

En términos prácticos esto nos quiere decir que, si el desarrollo de nuestro actual trabajo nos produce sentimientos de ansiedad, depresión, alienación (limita o condiciona nuestra personalidad), apatía (falta de interés o entusiasmo). O bien afecta en nuestra concentración, capacidad creativa o capacidad para tomar decisiones podemos estar teniendo síntomas que son el reflejo de la exposición. Es más, si se presentan conductas tales como, abuso del alcohol, consumo de tabaco, consumo de drogas, actos de violencia o bien la exposición a riesgos innecesarios estamos siendo carne de alguna patología derivadas de la exposición a los riesgos psicosociales.

El ISTA señala que hay 5 características que presentan los lugares de trabajo que son nocivos para la salud, estas características son: exceso de exigencias psicológicas, es decir cuando se debe trabajar de manera muy rápida, cuando no se pueden expresar las opiniones o los sentimientos o bien enfrentarse a la toma de decisiones difíciles en un corto tiempo. La falta de influencia y desarrollo, esto es cuando no contamos con un margen de autonomía a la hora de realizar nuestro trabajo, cuando el trabajo no nos permite explotar todas nuestras capacidades intelectuales y técnicas. Falta de apoyo y de calidad de liderazgo, cuando se debe trabajar de manera aislada, sin apoyo de los superiores, compañeras, compañeros de trabajo. Escasas compensaciones, cuando se falta el respeto, se provoca la inseguridad contractual, cambios de puestos o servicios en contra nuestra voluntad, un trato injusto, o no se reconoce el trabajo, el salario es muy bajo. Finalmente, la doble presencia: cumplir con el trabajo remunerado y además el trabajo doméstico-familiar. Ciertamente estos son una serie de factores que podemos identificar o decir que las hemos sufrido eventualmente.

Enfermedades cardiovasculares, respiratorias, inmunitarias, gastrointestinales, dermatológicas, endocrinológicas, musculo-esqueléticas y mentales. Son consecuencia de la exposición a las malas condiciones de trabajo. Es decir, que si alguno de las y los trabajadores eventualmente tiene alguna de estas dolencias puede ser consecuencia de la exposición a este factor de riesgo. Cabe señalar que las Mutuales de Seguridad chilenas deben cubrir estas patologías (la ley dice «en el caso que se compruebe que es producto del trabajo»), generalmente la evaluación que hacen de estas es por medio del instrumento ISTA 21.

¿Hasta cuándo soportaremos esta situación?

Algo que es muy típicamente chileno, es referirnos al lugar en donde trabajamos como “La Pega”. Es más, la Real Academia Española, se ha hecho con la definición que le hemos otorgado. Pero qué se esconde detrás de esto, ciertamente sí se le ha otorgado este concepto no es por acaso, el trabajo nunca fue el lugar agradable que hemos esperado, puesto que basta con denominarlo “pega” para entender la connotación negativa que se le otorga. Pero qué tan dolorosa debe ser “la pega” para entender que el desgaste o dolor no solamente es físico, para entender que el desgaste o dolor también puede ser psicológico y emocional. Debemos entender que el estrés, el acoso o el malestar físicos no son propios de la condición humana o del trabajo en sí.

Padres, madres, hijos o hijas, trabajadores o trabajadoras que se han suicidado en sus lugares de trabajo o bien se han aventado del Costanera Center, sin contar innmerables otros casos que no salen a la luz pública como los suicidios de profesores. Se nos restriega por la cara la ineficacia de las instituciones encargadas de prevenir el riesgo, partiendo por las Mutuales de Seguridad. Se nos restriega por la cara el rol que debe cumplir el prevencionista de riesgo más conocido como “Segurito” y que es poco conocido por los trabajadores de la empresa. Se nos restriega por la cara la función que deberían cumplir los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad. Sa la impresión que jamás han velado por el bienestar de las trabajadoras y trabajadores. Buena parte de responsabilidad en términos de prevención y cuidado pasan por estas organizaciones, profesionales y representantes. Pues bien, se tratan de organismos que tampoco tienen muchas herramientas y legislación para acudir a tiempo y ser realmente herramientas de seguridad. Se trata de ampliar un poco la mirada, es entender que la lucha por un trabajo digno no se agota en el hecho de la subida del sueldo un par de miles de pesos, no está en que se puedan trabajar más horas extras o bien que paguen más bonos. Lo primordial pasa por la vida del colega que tengo a mi lado, se trata de denunciar los casos de acoso laboral, se trata de tender un mano de ayuda, se trata de identificar los riesgos, aprender e informar. Se trata de valorar la condición humana. Y de organizarnos para juntos revertir estas condiciones de trabajo que cuestan la vida de tantos seres queridos.

Se debe entender que el bullying en el trabajo es algo real, que huevear al compañero o dejar que el jefe te moleste, te humille, o te acose, tiene un impacto negativo en ti, si bien no se expresa de manera física en el acto, va haciendo mella. Hay que saber decir basta, «paren la mano», «paren el hueveo», «no estoy para que me vacilen o como quieran decirlo». Nos hacen falta esas frases, antes que el silencio cómplice. En Chile existen organismos encargados de regular y sancionar a estos infractores, en Chile están cubiertas las patologías psicosociales, por tanto debemos exigir que se cumpla.

Dedicamos esta columna con mucho cariño y apoyo a los trabajadores que se encuentran o han pasado por esta situación. Sus vidas valen más que «la pega» que nos ofrecen las empresas. Pues, creemos, que el trabajador no merece morir en el trabajo, el trabajo debe volver a ser el oficio mediante el cual nos realizamos y transformamos la realidad para nuestro bienestar.

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