El experto de la entidad, Jon Messenger, cree que, con base en las experiencias de varios países alrededor del mundo, es aconsejable un enfoque gradual para reducir las horas de trabajo.
Participó y expuso en la primera reunión que tuvieron los expertos convocados por el gobierno para analizar la reducción de la jornada. Dentro de su planteamiento, Jon Messenger, entregó la definición que tiene la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre jornada laboral.
En Chile, se está discutiendo reducir la jornada laboral. Por un lado, la oposición presentó un proyecto para que la jornada ordinaria sea de 40 horas, mientras que el gobierno tiene considerada dejar la jornada en 41 horas promedio semanal con flexibilidad, ¿Hacia dónde debería avanzar Chile?
-Es un hecho positivo que Chile esté discutiendo este tema dado que es una economía avanzada y miembro de la Ocde. La Recomendación de la OIT sobre la reducción de las horas de trabajo estableció el estándar de la semana de cuarenta horas, cuyo principio se establece en el Convenio de las Cuarenta horas de 1935, como un estándar social que puede alcanzarse por etapas si así se requiere.
De acuerdo a lo que han hecho los países desarrollados, ¿cuál es la mejor manera de reducir la jornada?
-No hay una ‘mejor manera’ de reducir las horas de trabajo. Algunos países desarrollados han hecho esto de diferentes formas. En Alemania, por ejemplo, las horas de trabajo se han reducido típicamente a través de la negociación colectiva a nivel sectorial. Las famosas Leyes de Aubry en Francia combinaron una reducción en las horas de trabajo con un aumento en la flexibilidad de cómo se organiza el tiempo de trabajo. Y en la República de Corea, la semana laboral estándar se redujo gradualmente durante varios años, dependiendo del número de empleados en la empresa.
¿Una reducción sin gradualidad puede tener impacto en el empleo y los salarios?
-En general, con base en las experiencias de varios países alrededor del mundo, es aconsejable un enfoque gradual para reducir las horas de trabajo. Hay que señalar, sin embargo, que el rango aplicado es muy diverso. En Portugal se pasó de 44 a 40 horas a la semana en dos años. En República de Corea se pasó de 44 a 40 horas en 7 años. Cuando Chile pasó de 48 a 45 horas se dio un preanuncio de 3 años. Por lo tanto, es recomendable que haya cierta gradualidad, aunque su duración y la forma de implementación pueden ser muy distintas.
¿Cómo se puede mitigar los efectos negativos de una política como de reducción de jornada?
-Un proceso de diálogo social es de vital importancia para determinar el enfoque más factible para reducir las horas de trabajo. En términos generales, la preponderancia de la evidencia disponible sugiere que la reducción de las horas de trabajo generalmente resulta en mayores niveles de empleo y mayor productividad laboral.