
En febrero de 1937, Chile marcó un hito histórico al promulgar la ley que dio origen al actual sueldo mínimo. En aquel entonces, fue denominado «sueldo vital», y se entendía como el ingreso necesario para satisfacer las necesidades básicas del trabajador, incluyendo alimentación, vestuario, habitación y otras condiciones esenciales para una vida digna. A 88 años de su instauración, el panorama salarial en el país ha cambiado bastante al igual que las necesidades de la población instaurando nuevos desafíos.
Según los datos de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2023, elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el ingreso laboral promedio de las personas ocupadas en Chile alcanzó los $826.535 líquidos mensuales, después de descuentos por previsión y salud. Sin embargo, el ingreso mediano fue de $582.559, es decir, el 50% de la población percibe ingresos iguales o inferiores a esa cifra.
La mayor concentración de trabajadores se encuentra en tramos de ingresos bajos. El 16,8% de los trabajadores se sitúa en el rango de $400.000 a $500.000 mensuales. Los tramos de $500.000 a $600.000 y $600.000 a $700.000 agrupan al 12,2% y 8,7% de los trabajadores, respectivamente. Solo un 2,8% de la población ocupada percibe sueldos iguales o superiores a $3.000.000, mientras que un 23,6% gana más de $1.000.000, lo que contrasta con el 70,1% que recibe ingresos por debajo del promedio nacional.
Sueldo mínimo vs salario vital
Actualmente, el salario mínimo en Chile es de $510.636, y se espera que experimente un nuevo reajuste en mayo de 2025, de acuerdo con la Ley N.º 21.578, que contempla aumentos progresivos según la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Aunque el aumento del sueldo mínimo ha beneficiado a los trabajadores y mejorado las cifras expuestas en la encuesta de 2023, el costo de la vida también ha experimentado considerables aumentos.
De hecho, de acuerdo con la sexta edición del “Monitor del Costo de Vida”, un estudio realizado por Ipsos en 32 países, Chile continúa posicionándose como uno de los países donde la población enfrenta más dificultades económicas.
La encuesta evalúa cómo perciben los ciudadanos su situación financiera personal y la economía local, y sitúa a Chile en el segundo lugar a nivel mundial en cuanto a la proporción de personas que declaran tener problemas económicos, solo por detrás de Argentina.
Según el análisis de Jean-Christophe Salles, CEO de Ipsos para América Latina “La mitad de los chilenos declara tener dificultades financieras, este número ha sido bastante estable durante los dos últimos años y sigue siendo uno de los más altos del mundo (¡solo detrás de Argentina!). Chile es un país caro, varios estudios muestran que es uno de los países más caros para vivir en América latina, aunque la inflación está bajando y el índice real de remuneración subiendo, no hubo una recuperación del poder de compra después de la pandemia, así lo sienten y lo viven los chilenos, sobre todo los hogares más humildes y la gente mayor» señaló.
Ante este panorama, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) ha puesto sobre la mesa una discusión más profunda: reemplazar el concepto de sueldo mínimo por el de “salario vital”. Esta propuesta busca establecer un ingreso que no solo cubra las necesidades básicas como alimentos, vivienda, salud y educación, sino también incluya elementos esenciales para una vida con bienestar y dignidad, como el acceso a la cultura, recreación y desarrollo personal.
Fuente: T13