Maria Fernanda Villegas, ex ministra de Desarrollo Social, Directora de Programas de CETRA
Desde la gran marcha de agosto del 2016, que convocó a 1 millón de personas en todo Chile, ya ha pasado más de un año. Desde entonces han habido una serie de acciones, con bastante buenos niveles de adhesión, convocadas por la Coordinadora de No + AFP.
El gobierno, por su parte ha reaccionado un año más tarde con él envió al Congreso de un paquete de tres proyecto de ley, a saber: La creación de un Fondo de ahorro colectivo que asciende al 5%, de un Consejo de ahorro colectivo que administraría esos recursos y un tercero que perfeccionaría el marco regulatorio y que busca, entre otras mejoras en la administración del sistema, hacerse también cargo del debate que se produjo a raíz de denuncias sobre distorsiones en las pensiones de las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad. El proyecto promete un mejoramiento inmediato del 20% en las pensiones.
Se presume, por las declaraciones conocidas, que tendrá el respaldo de la coalición gobernante pero, para los actores sociales los proyectos han resultado notablemente insuficientes, centralmente porque- aunque agrega un componente solidario- , es una reforma que no altera sustancialmente el modelo de las AFP.
Otra preocupación, más allá de que no modifica las bases del sistema, es que la iniciativa gubernamental en la práctica opere como impuesto al trabajo que termine afectando los salarios.
La “industria previsional” representada por la Asociación de Administradoras de Fondo de Pensiones, alertada por el ascendente proceso de movilización social y los anuncios al respecto reaccionó con una fuerte y agresiva campaña mediática que incluyó, pronunciamientos catastrofistas, cartas a los afiliados y ya fuera de todo decoro, promovió una discutible consulta sobre el eventual destino del 5% entre los cautivos del sistema, que realizo la AFP Hábitat, y que motivó el pronunciamiento de la Superintendencia de Pensiones en que se instruyó la suspensión del sondeo. Lo claro es que el debate se instaló
Así las cosas el resultado parcial en esta tensión de intereses es claro, se ha corrido el cerco de la discusión y ya para la mayoría es natural y necesario el cambio. Lo que está ahora en juego es la profundidad de este movimiento.
Por lo mismo y en el actual contexto es tremendamente importante el rol de los actores sociales, para sostener el tema en agenda y dar continuidad en la canalización de la expresión de la ciudadanía de a pie, respecto de una eventual reforma.
Sin embargo, hacer esto no es fácil en un país donde los temas de interés, de foco se vuelven tan etéreos, cambiantes, tan dependientes de lo que marque la pauta televisiva y tan distintos entre si. Tampoco lo es cuando los actores políticos están centrados en sus campañas, en entender y aplicar el nuevo sistema de financiamiento y de cubrir también el nuevo redistritaje, más que en escuchar y por cierto menos aun lo es cuando en la institucionalidad se carece de instrumentos más activos de participación que no sean sino los tradicionales de representación.
Por todo ello, hay valentía en desplegar un Plebiscito Nacional desde el 29 de este mes y hasta el 1° de octubre, convocado por la Coordinadora No+AFP. Consulta que aunque no vinculante ofrece todas las garantías de seriedad y oportunidad para que la ciudadanía pueda expresarse frente al sistema de pensiones al que aspira.
La red que requiere desplegar los más de 2000 puntos de votación presencial que se instalaron en todo Chile y el tener un sistema de votación en línea ( www.plebisctopensiones.cl) es un tremendo logró de coordinación y organización.
Que los y las trabajadores y sus sindicatos aglutinados en la Confederación Coordinadora Nacional de Sindicatos del comercio y el Retail que reúne a 200 sindicatos con 42.000 socios, la Federación Nacional de Profesionales de los Servicios de Salud con 14.000 trabajadores , la Confederación de funcionarios de la Salud municipalizada con 33.000 trabajadores , la Confederación Bancaria con 10.000, el Colegio de Profesores, la Asociación Nacional Empleados Fiscales con 250 asociaciones de funcionarios públicos , entre otros, estén como actores principales de este esfuerzo indica sin duda un incremento en los niveles de consciencia político – social, de autonomía donde se van ampliado desde el plano de las reivindicaciones particulares o intraempresa al plano de la política nacional y constituyéndolos en actores más relevantes de lo han sido en estos últimos años. Especial valor cobra la activa participación de los sindicatos del sector privado por las dificultades normativas, estructurales y de liderazgos que presenta hasta hoy para su articulación.
Tener un sistema de Seguridad Social y Previsional en serio, integral y con un enfoque de Derechos, que reúna los requisitos descritos por la OIT, no es un tema sólo de especialistas, tecnócrata o políticos, es preocupación central de una ciudadanía con conciencia y voz.
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